domingo, 8 de octubre de 2006

TIERRA

De la nada, de lo oscuro, del desierto, de lo invisible nació ella.

Su llanto fue el primer silbido del viento que corría furioso anunciando su llegada.

Se estremeció, se dividió, mutilada en cinco partes seguía siendo una sola.

Lloró y lloró hasta que su llanto llenó de profundos lagos, ríos y mares los lugares que faltaban por llenar en los espacios de su división.

Se tejió una manta verde para cubrirse del frío a esta manta la llamó flora y a sus adornos fauna.

Fabricó dos ojos para su rostro americano uno era como el oro, el otro como la plata; los llamó sol y luna.

Un día llegó el primer hombre y con él su descendencia. Cortaron su manto verde sin piedad, tiñeron su llanto de veneno y sus ríos corrieron sucios ensuciandola a ella.

Mancharon sus adornos de rojo carmín y torturaron su piel con fuego.

Ella triste y llena de ira lloró hasta matar a todos con su llanto, pero a la descendencia del primer hombre le sobrevivió una familia que la lastimó con más saña.

Ella nunca volvió a ser la misma y cada vez que se siente herida resopla con fuerza matando parte de la descendencia; se estremece derrumbando sus casas y vuelca su llanto sobre ellos, sólo para recordarles... que la casa es prestada.

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