martes, 10 de julio de 2012

Capítulo I : Desapariciones

Un poco somnolienta aún se dispuso a tomar su café de la mañana... a las 13:00.

Una sucesión de hechos confusos todavía rondaban en su cabeza tratando de encajarse como un puzzle en el que nada tenía sentido.

Todos los días trataba de repasar lo que había hecho el día anterior y lo que tenía por hacer en el día presente, algo simple para el resto de los mortales, una tortura para ella.

Hacía algunos años ya de la primera convulsión, algo a lo que ningún médico encontraba explicación. No era epilepsia, posiblemente un nervous breakdown... también los idiomas se le confundían.

Tres idiomas , uno de ellos el español, su lengua materna, a estas alturas un poco inservible ya que no recordaba muchas palabras y las reemplazaba con el inglés o el portugués.

"Tengo que leer más" se había dicho en innumerables ocasiones, pero también esto se le olvidaba.

"Tengo que volver a escribir" dijo también, pero le hacía falta un poco más de valor para hacerlo, en su cabeza no todo era tan simple como para pensarlo y hacerlo.

Los sueños extraños y la realidad confusa la sumieron en un ostracismo voluntario al que se entregó sin mucho esfuerzo como algo que no quería pero lo aceptaba.

"Alguna vez pensaste que no ibas a vivir mucho?" - me preguntó.

Yo no supe qué decir, ella solo respondió: "...yo lo pienso todo el tiempo".

Me dijo que a veces necesitaba alejarse del mundo para entenderlo. "...y cuando te alejás demasiado, dejás de existir... eso es lo que me está pasando"- me dijo.

A veces la veía salir al mundo, era un hecho extraño, casi una ocasión para celebrar.
No era que no tuviera amigos, tenía muy buenos amigos, sus "brujas" como ella les decía, un par de amigas incondicionales a las que visualizaba como a un Robin duplicado siempre al lado de esta Baticosa que era ella.

Su salida al mundo nunca se prolongaba como algo normal entre amigos, era más bien algo para decir: "no he desaparecido aún".

Nunca entendí su facilidad para jugar con las palabras, pero era muy divertido, ella decía que era porque solo estas la acompañaban todo el tiempo.

"Las palabras son mis 'bitches'" -me dijo entre risas- "...nunca me dejan aunque yo sólo las use".

Yo sabía que en algún momento de la charla, no importaba cuán interesante estuviera, ella se levantaría y diría: me voy.

Y nadie decía: quedate. Sabíamos que era inútil decirlo.

Yo solo le decía:"A ver cuando nos vemos, no te pierdas!".

En realidad quería decirle que no se alejara demasiado, no quería que desapareciera como ella decía que lo haría algún día.

Desde mi acera la observé exhalar una última bocanada de humo y terminarse su café.

Me gustaba ver cuando despeinaba su cabello mutilado como diciendo "eso fue todo" y entraba a su casa.

Esta vez sin embargo advirtió mi presencia.

Desde su vereda me saludó llevándose la mano hacia la visera imaginaria, "saludo de paco" como decía ella, la saludé de la misma forma y sonreímos.

Ella entró a su casa y yo tuve ganas de gritarle que no se alejara mucho... no quiero que desaparezca.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oso: Muy bonito niña, me gusto demasiado, cada siglo que escribís me alucina mas…..

Alvo dijo...

Pulguita me encantó, tienes una narrativa expléndida, haces que uno se meta de cabeza en la situación de una forma muy interesamte! Y al final una instantánea de un momento se convierte en una historia digna de leer. Felicidade! "las palabras son mis bitches"? para ponerlo en un mural! :-)

Unknown dijo...

Sumamente oiga!, tal cual "A ver cuando nos vemos, no te pierdas" y el "saludo de paco" =P